1.- Acaba de publicar un libro con la historia de Adou, el niño que llegó a España metido en una maleta. ¿Por qué eligió esta historia entre las muchas que conoce?
Después de 17 años informando sobre migraciones y derechos humanos llegas a creer que pocas cosas te van a sorprender, pero la realidad de las fronteras siempre te arrolla y te sacude. Para mí la imagen de Adou en esa maleta fue un golpe al estómago y al cerebro; me dije esa tarde, “¿pero en qué hemos convertido las leyes de extranjería para que una criatura acabe metida en una maleta?” Desde el primer minuto vi en esa imagen el fracaso de Europa, el fracaso de todos los que están permitiendo que esto se siga produciendo, que hayamos cerrado la jaula dorada europea obligando a tanta gente a estrellar sus vidas contra nuestras fronteras. Adou en esa maleta nos interpela; cada uno de nosotros tenemos que decidir si miramos esa imagen y esa situación y reflexionamos o hacemos lo que está cada vez más de moda, mirar hacia otro lado.
2- ¿Cree que unos padres pueden estar tan desesperados como para meter a su hijo en una maleta, o más bien cree que no sabían el modo en el que iba a entrar el niño en España?
Lo triste es que estos padres estaban desesperados porque una mala interpretación de la ley de Extranjería les denegó varias veces la reagrupación familiar. La historia de Adou lo que acaba descubriendo es la arbitrariedad y la dureza con la que se regula en España y en Europa la vía legal para traer a los familiares. Son miles y miles de hijos los que no pueden reunirse con sus padres por culpa de estas leyes y esto es exactamente lo que le pasó a Adou y a su familia. El niño se había quedado sólo en Costa de Marfil tras la muerte de su abuela, en la sola compañía de su hermano que aún no había cumplido la mayoría de edad y sus padres estaban desesperados. El padre había llegado en patera a España, donde se había instalado legalmente y llevaba muchos años trabajando, disponía de un piso en la capital de Fuerteventura y cumplía todos los requisitos para la reagrupación familiar, a excepción del criterio económico, puesto que, según la Delegación del Gobierno en Canarias, le faltaban 56 euros en ingresos. Una mala interpretación de la ley, y así lo dijo el Defensor del Pueblo, le dio un portazo a este niño y a esta familia y la desesperación de los padres que acudieron a una red estuvo a punto de generar una tragedia. Me pongo en la piel de esos padres a los que no se les deja traer a su hijo y entiendo su desesperación por buscar la fórmula para reunirse con él.
3.- ¿Cuál es la situación actual de Adou y su familia?
Desgraciadamente, y a pesar de tanta lucha por estar juntos, Alí , el padre, sigue viviendo sólo en España y Lucie y los niños están temporalmente en París. La solicitud del fiscal de 3 años de prisión para Alí hace ya casi un año hizo temer a Lucie quedarse sola en España sin hablar el idioma y decidieron que se instalara por épocas en París donde tiene amigos y familiares y donde los niños están escolarizados en su idioma. La situación de la familia sigue pendiendo de un hilo, a expensas de que se decrete la apertura del juicio oral y dependiendo de si Alí es condenado o no decidirán donde instalarse. Alí tiene confiscado el pasaporte al estar inmerso en esta causa en la que se le acusa de haber cometido un presunto delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, lo mismo que se le imputa al patrón de una patera.
4.- Lleva años informando sobre migración y es un experto en la materia. ¿Cree que existe el efecto llamada?
Es un mito y una falacia esa llamada o atracción de supuestas leyes o comportamientos humanitarios que propiciarían que la gente viera mayores ventajas en venir a Europa o España. Recientemente se ha acusado a las ONG de rescate en el Mediterráneo de propiciar la salida de migrantes desde Libia por estar muy cerca de sus costas; es muy miserable decir esto. Se aludía mucho también al efecto llamada cuando en España se llevaron a cabo regularizaciones de migrantes, que las hicieron tanto PP como PSOE. Es tomar por tontos a migrantes y refugiados, es tratarles como niños a los que los engañan, pensando que no tienen suficientes motivos económicos o de huida para hacer un viaje tan arriesgado.
5.- ¿Y las mafias, existen? ¿Quién las crea?
Existen redes que se benefician directamente de las leyes que impiden que las personas puedan cruzar las fronteras de manera legal. Es decir, Europa y España con sus leyes y su cierre de fronteras fomentan las redes clandestinas que ganan dinero buscando las vías para burlar las militarizadas fronteras. Pero las “mafias” son también el comodín de los gobernantes que cada vez que tienen que hacer declaraciones tras una gran tragedia o un gran naufragio de migrantes sueltan su discurso plañidero culpando a las mafias y ocultando que son sus leyes, que no permiten la entrada segura, las que están condicionando que el Mediterráneo sea la frontera más mortífera del mundo.
6.- ¿Cree que entre los migrantes también los hay de primera y de segunda?
Es evidente. A un médico o un investigador que se quiera contratar en cualquier empresa potente se le facilitan todos los trámites para que entre. No hablemos de las estrellas del fútbol, mientras que a los pobres les damos en la cara con el máximo rigor de las leyes de Extranjería provocando que tengan que arriesgar sus vidas para llegar.
7.- Usted conoce muchos países subsaharianos. ¿Qué efecto está teniendo la migración continua de sus jóvenes?
Sobre todo de descapitalización de talento. En la mayoría de los casos vienen los mejor preparados y los que tienen mayor capacidad de emprendimiento. En todo caso, seamos realistas: África no ha empezado a migrar hacia Europa, las cifras de africanos que llegan a Europa desde finales de los 90 son casi ridículas si las comparamos con los que han venido de América Latina, Europa del Este o Asia.
8.- ¿Cree que se puede hacer algo en esos países para evitar o paliar el éxodo de sus habitantes?
Muchas cosas que no estamos haciendo. Pero lo más importante ahora mismo sería contribuir a la paz en Nigeria, República Centroafricana , Sudán del Sur o Somalia donde están haciendo frente a la peor situación humanitaria en más de 60 años y, como consecuencia de ello, al hambre. Me conformo con que hagamos lo imposible para evitar que miles de niños mueran de hambre porque los gobiernos del norte no hacen frente al llamamiento de ayuda que necesitan.
9.- La crisis de los refugiados nos ha llevado poner el foco en otras fronteras y a olvidarnos de la situación en Ceuta y Melilla. ¿Es justa la distinción entre refugiado y migrante?
Realmente en estos dos muros es difícil hacer distinción. Es decir, aunque un refugiado de pleno derecho saltara la valla y lo hacen centroafricanos o nigerianos o congoleños, todos huyendo de claros conflictos, la Guardia Civil no les da ninguna posibilidad de pedir asilo. Ni un solo africano ha podido pedir asilo en el puesto fronterizo de Beni Enzar, sólo los sirios y casi siempre previo pago a redes marroquíes que les “facilitan” llegar hasta el lado español de la frontera. Al final estamos despojando de todos sus derechos a los que son en si sujetos de derecho, es decir a cualquier ser humano que en base al artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos tiene derecho a moverse.
10.- ¿Por qué cree que es tan recurrente el discurso antiinmigración? ¿Por qué cree que se extiende el discurso del miedo a otro ser humano?
Porque es fácil de digerir. Azuzar el miedo al otro es tan viejo como la propia humanidad. Lo que me espanta es esta vuelta a la Edad Media, al feudalismo, a las aldeas amuralladas que no nos dejan ver el horizonte en pleno siglo XXI.